Entrevista a Daniel Grao

Daniel Grao (Sabadell, 1976) presenta un retrato humano de Alan Turing (1912-1954), el descifrador de la máquina Enigma, acercando al público una mente brillante y sin embargo torturada: el matemático acabó sus días suicidándose tras ser procesado por homosexualidad en 1952. Acompañado en las tablas por Carlos Serrano, ambos protagonizan ‘La máquina de Turing’ (sábado 30 de enero, 19.00, auditorio Pilar Bardem; entradas: 11 euros; compra, aquí).

¿Qué nos vamos a encontrar en ‘La máquina de Turing’?

Alan Turing aparece en escena y se dirige al público mostrando sus dificultades en lo social, a pesar de ser brillante, lo que hace que la obra tenga momentos cómicos y entrañables. Porque él tenía Asperger y, sobre todo, guardaba en secreto su condición homosexual, que en aquella época era un delito. Y le acabó llevando al suicidio.

¿Qué retos le ha supuesto esta función?

En la primera charla que mantuve con el director Claudio Tolcachir, me dijo que teníamos que ahondar más en las dificultades de Turing y en sus peculiaridades, como, por ejemplo, dar conferencias en chaqueta americana y pantalón de pijama, o su velocidad de pensamiento. Nunca había trabajado algo tan diferente expresivamente, pero ha sido más fácil de lo que pensaba. Es fascinante y agotador, aunque siempre disfruto mucho del viaje.

¿Cómo se interpreta a una figura histórica como Alan Turing?

En el caso de Turing, se conocen algunos hitos de su vida, como que descifró la máquina Enigma o que investigaba sobre la inteligencia artificial, pero lo mejor que puedes hacer es darle la mayor humanidad posible, si no, puedes acabar haciendo algo grandilocuente y hueco. No puedes abordar nunca ningún personaje con ningún prejuicio, siempre hay que intentar entenderlo. A mí me apasionan los claroscuros de los personajes, porque nadie es solo una cosa, y esta profesión siempre te ayuda a intentar entender por qué los seres humanos hacemos lo que hacemos.

En los últimos años se ha progresado en la visibilidad de la comunidad LGTBI y, afortunadamente, se ha evolucionado mucho desde la terrible realidad vivida por Turing. ¿Cómo hubiera sido su vida y su carrera ahora?

Debido a la injusticia social que vivió, hemos perdido muchísimos años de una mente maravillosa. Alan Turing seguro hubiera seguido investigando y ayudado al progreso de la tecnología. Cuando ocurren estas injusticias, piensas que, en realidad, quienes más perdemos somos el resto, por todo aquello que les ha quedado por hacer. Una vez más, el teatro viene a ser un poco espejo de lo desconocido, y gracias a esta obra puedes llegar a sentir que has conocido a Turing. La lección que te llevas como espectador es que, a veces, rechazamos al distinto, pero que si lo conociéramos un poquito, o tuviéramos tiempo para acercarnos, seguro que encontramos a alguien maravilloso escondido detrás de una forma que rechazamos.

¿Cómo nace su vocación de actor?

Tuve la suerte de que en la época que estaba más perdido, mi adolescencia, se me cruzó Jesús Alonso, mi profesor de literatura, del cual sigo siendo amigo, y me habló de un grupo de teatro que tenía los viernes después de las clases en el instituto, y me entró el veneno de la interpretación.

Pregunta obligada: ¿cómo es trabajar con Almodóvar?

Mi experiencia con Almodóvar fue maravillosa [película ‘Julieta’, 2016], porque me despierta mucha ternura, pero le tengo mucho respeto. Cuando estaba estudiando interpretación me marcó mucho ‘Todo sobre mi madre’. Fue un honor formar parte de todo su universo. En el rodaje pude conocer a un Pedro con mucho sentido del humor y muy sensible, pero al mismo tiempo un trabajador incansable. Yo me tomé el rodaje como una masterclass [clase magistral].

Éxito de la serie ‘HIT’ y renovación de la segunda temporada. ¿Cómo ha sido la experiencia, por qué son necesarios proyectos como este?

Me encantó cuando me lo propusieron, tanto por la temática como por el personaje [Hugo Ibarra Toledo, HIT, profesor de instituto que revoluciona la vida de su alumnado]. Ha sido muy bonito comprobar la reacción unánime de público y crítica. Estoy recibiendo mensajes preciosos, desde adolescentes o jóvenes con problemas hasta padres y profesores que me dicen: ‘He tenido un altercado con los alumnos y me he preguntado: ¿Qué haría HIT?’. Había una necesidad de ver este tipo de ficción, y eso se lo debemos al director Joaquín Oristrell. Al principio, a la gente le parecía raro que una televisión pública se atreviera a hablar sin tapujos de temas como los abusos o las drogas, pero ahora se está llegando a la conclusión de que es en la tele pública donde se tiene que debatir sobre ellos.

¿Cómo se enfrenta al 2021: qué proyectos vienen?

Tengo muchos proyectos que han quedado retrasados y otros que se están enfocando a partir de la primavera que viene. Así que, de momento, contamos con la gira de ‘La máquina de Turing’ y las fechas, afortunadamente, van aumentando con los días. La idea es estar todo el año girando con la función. Quiero ser optimista y espero que el 2021 sea un año de transición hacia la normalidad y que en el sector de la cultura vayamos poco a poco volviendo a lo que fuimos.

Ir al artículo original.

Deja un comentario